lunes, 22 de abril de 2013

DEPORTE COMPETITIVO EN LA NIÑEZ ¿DIVERSIÓN O RIESGO?

Millones de niños en el mundo hacen deporte. Todo el mundo es consciente de que el deporte beneficia a los niños no sólo físicamente sino también psíquicamente.

El deporte ofrece bienestar y enseña autodisciplina, trabajo en equipo, liderazgo, cooperación así como la habilidad de compartir, manejar el estrés y competir.
Tiene la capacidad de influir positivamente al desarrollo moral y social de los niños y niñas siempre que los padres y entrenadores ofrezcan ánimo, crítica constructiva y una instrucción ética.

No obstante, a los niños involucrados en el deporte de competición a menudo se les exige un entrenamiento que va más allá de sus capacidades físicas y emocionales. Un tiempo excesivo dedicado al entrenamiento puede llevar a una pérdida de experiencias claves en la niñez como la socialización con los amigos y la familia.
 
El deporte juvenil de élite a menudo responde a las necesidades y deseos de los niños. Sin embargo, demasiadas veces, el deporte representa en gran parte un medio para satisfacer los deseos de los adultos.

Mucho más que el resto de niños y niñas, los que están involucrados en deportes de competición crecen en un mundo dominado por adultos con poco espacio para la libertad, la auto-iniciativa y la creatividad.

Aunque no existe una definición oficial para el deporte de élite, éste podría considerarse como el que requiere un entrenamiento intensivo, es decir, de entre una y dos horas diarias, al menos cinco días a la semana.

Antes de alcanzar los 6 o 7 años, el niño no puede comprender el concepto de competición; los niños menores de 9 años son incapaces de diferenciar entre el concepto del esfuerzo y de capacidad, lo cuál implica que creen que ganar sólo se puede conseguir por esfuerzo y que perder es la consecuencia de no intentarlo lo suficiente.

La intensidad del entrenamiento y la forma en que se realiza debe adaptarse a las capacidades del niño y a sus motivaciones físicas y mentales, y no al revés. Muchos especialistas creen que hasta la edad de 11 o 12 años los niños dan la misma, si no más, importancia a otros factores que a ganar: el placer, la acción, los juegos informales, la interacción social, mejorar sus habilidades y participación personal, etc.

La clasificación, las medallas y los títulos podrían, por tanto, suprimirse para todos aquellos niños menores de 14 años. El niño está potencialmente en peligro cuando los adultos imponen, en vez de adaptar, sus propios valores, las percepciones y las demandas físicas y mentales.

Consejos de la organización Save The Children
Estos son algunos del consejos de la organización para evitar casos de abuso
- No realizar ningún deporte de forma competitiva antes de los siete años. A partir de los 13 los niños pueden empezar a especializarse.
- Las horas de entrenamiento no deben superar las 3 diarias.
- Dar continuidad a los estudios.
- Los deportes que no son admisibles para los niños son: boxeo, motociclismo y automovilismo y deportes de riesgo como el paracaidismo.
- Hay que establecer códigos de conducta olímpicos.

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